¿Qué prendas y accesorios son superventas en primeras comuniones?

Incluso en el ámbito de las comuniones, la moda se adapta a los usos y costumbres de cada generación, sin importar que este sacramento se remonte al siglo diecisiete. En España la cifra de comulgantes supera los doscientos mil al año, y en cada ceremonia es posible identificar vestidos y trajes únicos, pues la elección de la ropa de comunion es extremadamente personal.

El estilo clásico sigue imponiéndose y se caracteriza, en ellas, por el uso de vestidos largos y mangas cortas, con el color blanco dominando el conjunto y el azul y rosa pastel ‘coloreando’ ciertos detalles: cintas, fajines, etcétera. Entre los comulgantes varones siguen en boga la camisa blanca, el pantalón y la chaqueta a juego, ya sea en colores crema, beige o azul marino.

El algodón, el lino, la seda y el satén son tejidos populares por su elegancia y sencillez. Pero solo las usuarias adoptan el tul y el encaje en sus complementos. Tradicionalmente, estas telas les están reservadas por su apariencia etérea y grácil que aporta a su vestimenta.

Entre los varones, los trajes de corte marinero y almirante son los superventas de este sacramento cristiano. Por influencia de la realeza, estas propuestas alcanzaron gran popularidad a mediados del siglo veinte. Constan de una casaca y pantalón blancos, con una cuerda trenzada, un pañuelo azul marino y otros detalles singulares. En los últimos años, las propuestas regionales y folclóricas han desplazado a las clásicas y marineras, en prueba de la versatilidad de la primera comunión.

Además, la modernidad ejerce una influencia creciente entre las nuevas generaciones. Se estilan los chalecos y americanas de corte actual, con novedades tan llamativas como las camisas guayaberas y sin olvidar la corbata o la pajarita. Para ellas, se apuesta por un enfoque más minimalista y sobrio, evitando cualquier adorno innecesario que pueda restar protagonismo a la afortunada.