Reservar el parking y otras medidas para controlar la ansiedad antes de volar

La ansiedad es un sentimiento común para una parte de los clientes de aerolíneas. Las colas, los conflictos con el equipaje o los pensamientos negativos sobre la seguridad del avión o el extravío de las maletas facturadas son fuente de estrés y malestar para este público. La mejor forma de minimizar este sentimiento es actuar sobre sus estresores, es decir, los estímulos y situaciones causantes. Por ejemplo, acudir al parking Santiago de Compostela aeropuerto con antelación suficiente, de dos a tres horas antes de la hora de salida.

Con ello, se eliminan las prisas de última hora, al disponer de tiempo suficiente para completar el check-in, facturar la maleta, etcétera. Para mayor seguridad, reservar el aparcamiento elimina la necesidad de buscar una plaza libre y las dudas relacionadas con su protección, ya que el servicio de vigilancia del aeropuerto lo mantendrá a buen recaudo.

Informarse sobre las políticas del equipaje para evitar problemas durante su facturación es otra práctica recomendada. Exceder el límite de peso y de tamaño es suficiente para que el personal del aeropuerto amoneste al viajero, aumentando así su estrés.

La posibilidad de que la maleta se pierda durante el vuelo es muy real. Cada año se extravían más de treinta millones de equipajes en todo el mundo. Esta realidad preocupa a no pocos clientes de aerolíneas, que puede adoptar distintas medidas para defenderse: contratar una cobertura de equipaje contra daños y pérdidas, introducir una ficha con sus datos en el interior de la maleta o facturar solo el equipaje indispensable y nunca maletas de lujo.

Los niveles de estrés también tienden a dispararse cuando se discute con el personal de seguridad y de gestión del aeropuerto o surgen conflictos al efectuar el check-in. Es importante mantener la calma y hacer acopio de paciencia. La generalidad de los problemas podrán subsanarse in situ sin ir a mayores.